Poema de Rodrigo Alemany


a

Me dejaste abandonado
como los botes enterrados en la arena
radiantes cangrejos ermitaños
me dejaste desperdigado
con una bomba de racimo entre los dientes
era la flor salada
y el horizonte con sus nubes plateadas
se había teñido de sangre
me dejaste olvidado
caminando con fiebre amarilla
hacia el paraíso
yo cantaba sonidos inenarrables
tamai tai tupai
tai titi pai
y el agua dejaba hoyuelos
en las mejillas de la arena
me dejaste salvaje a flor de piel
mientras la mosca brillante
se pegaba a la arista de un pez globo
y los buitres filosos esperaban encima del pilar
de un hotel destruido
me dejaste cantar el pisar de los cangrejos
mientras la cabellera mi cabellera
se enredaba en una lanza cubierta de algas
la rama de una ceiba ennegrecida
era el cayado
que levantaba la tromba de las ballenas
la brisa huracanada remecía mis vestidos
blancos tai titi pai y el último de los Onas
no recordaba su raíz mestiza
mapuche andaluza
me dejaste perdido saturado de imágenes
brillantes amarillo como las eras
que se agitan al paso acalambrado de los siglos
para formar el pan del infortunio
me rompiste la manivela de mi amor establecido
la mecánica de los deseos se ahogaba
en el estanque viejo donde Narciso se viera
y ahora estaba muerto
me dejaste casi muerto
araña estelar que se contrae
al llegar el alba
y grita el murciélago gigante
abandonado yerto
cómo esperar el ciruelo del jardín de la infancia
cómo domeñar la espina del cactus de los brujos
la dimisión es consecuente
la piedra es la cara de un marciano iconoclasta
me quedé admirando el vuelo de otros mundos
repitiendo el silbato del yembé hacia la estrella
me levanté con el ímpetu amarillo de los arrozales
la cara llena de mosquitos esperando la tormenta de tu llanto
así se limpiaría el espejo que refleja
el objeto destruido
así terminaría tu faena de ansiosa guadaña
la silente firma de tu silencio ingrávido
me quedé desaparecido
electrocutado
con la bandera roja envuelta en mi mortaja
repitiendo tamai tai tupai tai titi pai
cantando suctapai esa expresión universal
del desencanto
la tuerca incandescente que abre la máscara de hierro
la vuelta del último de los Onas
me dejaste en declive sumergido
mariposa de obsidiana
mariposa de obsidiana
mariposa de obsidiana


Rodrigo Alemany Rojas
(Tomado del poemario Antar, ediciones El Tintero, México, 2006)

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