Para Mario Benedetti
(1920-2009) ...hasta siempre...
Hace muchos años, la madre de mi hijo, me dijo en su lecho de muerte -no llores, si no es por felicidad- y desde entonces no puedo, no podré olvidar nunca esas palabras.
Debo confesar que sí lloré y mucho.
Me sentí mal por ello y quise dejar de llorar por no faltar a su consejo y de pronto me dí cuenta de que su presencia en mi vida hizo cada momento de nuestro tiempo, algo entrañable.
Debo confesar que sigo llorando de vez en cuando desde entonces, sobre todo cuando la recuerdo y me siento feliz.
Hoy se fue Mario Benedetti de este mundo, dejándonos al paso de su partida, las suaves campanadas de su corazón, la luz de su pensamiento y el calor de su solidaridad.
Me he despedido de él llorando, por que su poesía me hizo, me hace y me hará, entrañablemente feliz.
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