Por primera vez en la historia un presidente de raza negra gobernará a los Estados Unidos de Norteamérica.
Muchos creerían que por fin se ha roto el paradigma.
Que por fin habrá un cambio y que los Estados Unidos tomarán un rumbo que reivindique las causas que históricamente han ignorado.
La justicia, pero no solo entre los suyos, sino para todos y en todo el mundo. La paz, pero no solo en su casa, sino en todas las casas del mundo. Alimento, ropa, escuela, salud, igualdad de oportunidades, no solo en su casa, si no en la de todos, en todo el mundo.
Libertad, pero no solo para los suyos, si no para todos, en todo el mundo.

Muchos sentirán esperanza, creyendo que por fin todos los inmigrantes que fueron históricamente rechazados en aquél país, condenados a la marginación, tan solo por su raza, por el color de su piel, por no hablar el mismo idioma o por sus diferentes costumbres y creencias religiosas, tendrán por fin un lugar, un espacio de igualdad, libertad, respeto. Que por fin, los soldados regresarán a sus hogares y las bombas serán embodegadas y la guerra se replegara de nuevo hacia sus lúgubres cuarteles, esperando otros tiempos de desaliento, que con suerte ya no volverán, por que el mundo esta cambiando.

Muchos creerán con fe ciega, que el mundo ya no será igual. Que los judíos serán obligados al concilio con sus semejantes del pueblo árabe y que el nuevo gobernante negro de los Estados Unidos de América, los hará entrar en razón, les hará entender que no son el pueblo elegido de Dios, sino solo un pueblo más, que no debe cejar en sus aspiraciones de tener una nación, una patria que le de cobijo, por que este es un derecho de todos los pueblos, pero que tiene también que conceder ese mismo trato a las otras naciones, pues de todo derecho emanan una serie de obligaciones, que debemos observar y cumplir para garantizar nuestros derechos.
Muchos pensarán que el nuevo presidente norteamericano, será más sensible ante la convulsa realidad del mundo y buscará resarcir el daño que a los derechos humanos han causado las políticas que su país desarrollo en el pasado; que buscara apoyar el crecimiento de las economías emergentes y refundará las políticas económicas de su poderosa nación, dirigiendo sus esfuerzos a apoyar el desarrollo y la evolución de naciones que viven sumidas en el atraso económico y tecnológico, en las que millones de seres humanos mueren de hambre o de enfermedades que en los países del primer mundo son curables, que fomentará la educación y el acceso a la cultura de todos los pueblos y apostará al humanitarismo; que implementará políticas para proteger el medio ambiente y hará cuanto le sea posible para abatir el narcotráfico, el tráfico de armas y de seres humanos.

Muchos tienen la esperanza de que Barak Obama cambiará la historia no solo del pueblo norteamericano, si no del mundo.
Yo creo que un hombre no puede ser valorado por el color de su piel, ni por pertenecer a una raza distinta a la que goza de la hegemonía en su país o por descender de gente que practica otras costumbres y otra religión, pues esto no lo hace mas sensible, ni mas capaz.
Yo creo que Barak Obama es un hombre negro, que siempre ha vivido en un mundo de blancos, que aprendió a pensar como ellos, a vivir como ellos y entre ellos, que ha sido ya en el pasado su representante político y que ahora desde un cargo más alto por supuesto, lo seguirá siendo.

Yo creo que el principal desafío que enfrenta Obama y que además debe tener muy claro, dado que asumió el reto de competir por la presidencia de los Estados Unidos; es mas allá de meter a Israel al redil o de ser el caudillo de las causas perdidas o el llanero justiciero de la humanidad, resolver el dilema en que se encuentra la economía estadounidense y devolverle su hegemonía mundial, sin importar los costos que para ello deban pagarse. Incluso permitirle a su parasito favorito –el estado de Israel- que vaya por ahí masacrando pueblos enteros en pos de su derecho a la supremacía divina que les confirió algún día, algún dios.

Después de todo, no pueden evitarlo, los judíos de Israel solo siguen su ejemplo.

Yo solo creo que Barak Obama será el primer presidente negro que gobernará para los blancos, en la historia de los Estados Unidos.

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