Centenario de José de Lezama Lima...




Rueda el cielo -que no concuerde...

Rueda el cielo -que no concuerde
su intento y el grácil tiempo-
a recorrer la posesión del clavel
sobre la nuca más fría
de ese alto imperio de siglos.
Rueda el cielo -el aliento le corona
de agua mansa en palacios
silenciosos sobre el río
a decir su imagen clara.
Su imagen clara.

Va el cielo a presumir
-los mastines desvelados contra el viento-
de un aroma aconsejado.
Rueda el cielo
sobre ese aroma agolpado cuasi
en las ventanas,
como una oscura potencia
desviada a nuevas tierras.
Rueda el cielo
sobre la extraña flor de este cielo,
de esta flor,
única cárcel:
corona sin ruido...


José de Lezama Lima


El pasado 19 de diciembre, se cumplieron 99 años del natalicio de José de Lezama Lima, sin duda uno de los poetas más representativos no solo de su natal Cuba, si no de América Latina.


Lezama Lima fué un hombre que se asumió a si mismo, vivió y escribió intensamente, creó y recreó escenarios maravillosos, personajes memorables como Oppiano Licario, historias que trascienden la fantasía cobrando un espacio en el mundo de lo real, como Paradiso y su poesía, la poesía que Lezama Lima encontraba en todas las cosas, la poesía que resplandece en todas sus obras, en cada párrafo, en cada escena, en cada verso. La obra narrativa de José de Lezama Lima, se convierte en un solo gran poema; el excelso manejo del lenguaje, el laberinto de imágenes, ideas y palabras que devienen en versos, que en una prosa cuasiperfecta nos llevaan de la mano a un mundo de matices que se entremezclan con la realidad.


José cumple 100 años; Lezama Lima, el poeta, sigue ahí en su sillón -"condenado a la quietud, ya peregrino inmóvil para siempre. Mi único carruaje es la imaginación, pero no a secas: la mía tiene ojos de lince..."- y con esos ojos, se imagina a sí mismo, en el momento de enfrentar su muerte, empecinado en trascender: "...a todo sobreviví y he de sobrevivir también a la muerte. Heidegger sostiene que el hombre es un ser para la muerte; todo poeta, sin embargo, crea la resurrección, entona ante la muerte un hurra victorioso...”


Yasí es; el poeta sobrevive, trasciende la muerte victorioso, aspira profundamente, se llena los pulmones de versos y los expele gritandolos al viento, anunciando cada cosa, cada luz, cada momento, cada llegada y cada despedida, nombrando a cada estrella y sus versos nos empapan, como las gotas de agua en una tarde de lluvia...


No ha muerto José de Lezama Lima, sigue vivo, después de 100 años, lo festejaremos como se debe, releyendo sus versos, disfrutando de su lenguaje, de su poesía y entretanto la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), ha anunciado que en su calendario de festejos para este año, se contempla el del natalicio de Lezama Lima, quien seguramente recibirá un justo homenaje, que observará desde el telón del universo literario, donde cintila a un lado de José Martí y de Neruda, de Darío y Guillén, de Vallejo y de Huidobro, de López Velarde y de Cortázar, de Borges y de Paz, en fin; al lado de todos los astros de la lengua hispana, que han hecho valer la literatura latinoamericana.

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