COLORADA (columna internacional)

¿Que celebran las mujeres?
Por: Lilia Cisneros Luján
8 de marzo del 2009

De la gran riqueza social en la primera mitad del siglo XX, se han dicho, escrito, fotografiado y filmado una infinidad de eventos. Tomando únicamente el año 1910, podemos anotar la muerte de: Roberto Koch, el rey Eduardo VII de Inglaterra, Jean Henri Dunant -fundador de la Cruz Roja y premio Nobel de la paz en 1901- León Tolstoi y el poeta Juan de Dios Peza. En ese mismo periodo nacieron: la madre Teresa, Eduardo -uno de los hijos de Alberto Einstein- el niño prodigio de la música Samuel Barber, Jacques Cousteau, entre muchos otros y, cabe destacar acontecimientos como: la gran difusión –incluso en cine- de la obra de Julio Verne, el furor por la reproducción de la obra musical de Wagner, la anexión de Korea a Japón, la caída de la monarquía en Portugal, la séptima reelección y posterior derrocamiento de Porfirio Díaz, o el proceso de integración a la Federación norteamericana, de los territorios de Arizona y Nuevo México anexados a los Estados Unidos como resultado de los tratados de Guadalupe; misma que se consolida en 1912, en que dejan de estar administrados por el congreso norteamericano. En América Latina, se inauguran monumentos en remembranza de luchas independentistas, como fue el caso del “ángel” en México, o los de la Plaza de Rancagua en Chile y, empiezan a tener visibilidad diversos movimientos sociales, fundamentalmente de corte obrero popular, como los de Chile –con sus más de 400 organizaciones mutualistas- la revolución mexicana y la propuesta, en el marco del Congreso Internacional de Mujeres Socialistas en Dinamarca, de celebrar, el 8 de marzo, como día internacional de la mujer trabajadora.
Fue la feminista alemana Clara Zetkin, la autora de dicha proclama, basada en la remembranza del aniversario de la muerte de 146 obreras textiles como resultado de un incendio, provocado, en la fábrica en la cual exigían mejores condiciones de trabajo de la Triangle Shirt Waist Company de Nueva York, en 1857. A casi cien años de distancia, el día internacional de la Mujer, se conmemora en todo el planeta, con discursos para el logro de la justicia, la igualdad, la paz, el desarrollo y los necesarios derechos que le corresponden a más de la mitad de la población mundial, pero justo es cuestionar ¿Cuántos conocen el origen social y obrero de esta celebración? ¿En que parte del camino el día dejó su intención original, para trastocarse en un evento de corte burgués “expropiado” por los mismos capitalistas que acabaron con esa huelga utilizando bombas incendiarias? Asociado a los “logros” feministas, se menciona, casi como ritual, la posibilidad de votar y ser votadas, en México eso ocurre hasta los inicios de la segunda mitad del siglo XX. Aun cuando desde el XIX, mujeres de Australia y Nueva Zelanda, había luchado por este tema, el voto pleno ocurre muchas décadas después y todavía hoy, salvo casos excepcionales, la posibilidad de ser votadas se tiene que defender por mecanismos de cuotas y, en la práctica, casi siempre se postula a las mujeres en regiones donde necesariamente saben que van a perder.
Y es que en la dialéctica de los reclamos sociales, en fechas como la que hoy celebramos o la del primero de mayo por citar dos ejemplos emblemáticos, las plutocracias, fundamentalmente las capitalistas -a fuerza de manoseo y grilla- han logrado prostituir las intenciones originales de dichos movimientos. Al igual que ocurre con el día de la madre, del niño, de los abuelos, de la amistad, del padre y hasta del compadre, en el día internacional de la mujer poco se dice de la historia, y menos aun de los fundamentos ideológicos de tales propuestas, ni los méritos de las que abrieron brecha y lo que debieron pagar para que muchas de nosotras hayamos podido acceder a las universidades, las empresas y la política.

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