DEFENSA DE LOS POETAS CHIAPANECOS
por: Ricardo Cuéllar Valencia
El día 11 de febrero a las 11 de la mañana el Secretario de Educación, en su calidad de Secretario Técnico del Comisión que organiza las celebraciones al poeta mayor de Chiapas, Jaime Sabines, presentó, en un espacio de CONECULTA, el programa de actividades para el próximo mes de Marzo y todo el año, parece.
En realidad, no me dirigía a esa hora de la mañana al vestíbulo del Centro Cultural. La conversación, con un amigo poeta, teníamos una cita previa, fue la que me condujo a aquel sitio por asuntos de su agenda. Saludé a varias personas y pronto sentí la inquietud por permanecer allí. Sin duda, tuve que aplazar asuntos personales, aquellos que me habían motivado en primera instancia a salir de casa. Ya en el lugar, escuché con interés la presentación del programa celebratorio.
Me sorprendieron varias cosas. En primer lugar, la asistencia. Se encontraba presidiendo la rueda de prensa el Secretario Técnico de la Comisión, lic. Javier Álvarez Ramos, Julio Sabines, varios funcionarios municipales, un rector, el ingeniero Roberto Castellanos Domínguez, de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, y una señora Guillén, venida de la Ciudad de México, quien anunció los nombres de los poetas, escritores y pintores invitados. En el recinto, desde el presidium, se mencionó algo sobre la apertura de la Cátedra Jaime Sabines, además de señalar varios nombres para ocupar ese espacio académico anualmente. Creo, no recuerdo bien, que fue ella, la señora Guillén, la anunciante.
Ante la información y propuestas, más allá de las bardas con inscripciones de versos de Sabines, el concurso de “declamación” con textos del poeta y la antología de poetas jóvenes (dicen que cien, ¡Qué maravilla!), digo, más allá o más acá, lo que me sorprendió y quise enunciar -pero la emoción trastornó mi razonamiento, aunado a ello la afinación de mi voz altiva, con tono declamatorio- fue la tan sesgada e inadecuada selección de los invitados. Qué sentido tiene, nos preguntamos más de uno, traer una persona de la Ciudad de México para escoger a los invitados a la celebración de nuestro poeta. Se nos hace completamente inútil, dispendioso, por lo demás.
Cito la primera selección anunciada: La inauguración del festejo la realizarán Eraclio Zepeda, Elba Macias y Enoc Cancino Casahonda. Ante tal selección -nada democrática- de algunos muy precisos y la evidente exclusión de otros, no dudé en expresar mi desacuerdo, allí, esa mañana.
Si se trata realmente de un encuentro para celebrar -como lo exige la poesía- la obra del poeta mayor -uno de los mayores de nuestra lengua- deberían ser elegidos por elemental consideración, los mejores. Por qué, dije en voz alta, descartar a Juan Bañuelos, Oscar Oliva, Roberto López Moreno, Efraín Bartolomé, Oscar Wong, Gustavo Ruiz Pascasio, Roberto Rico, Yolanda Gómez Fuentes, Mario Nandayapa, Adolfo Ruiseñor, Israel González, Ubel Vásquez, Wlbester Alemán, Alejandro Riestra, Uberto Santos, Mary Ross Bonifaz, Nadia Villafuerte, Francisco Álvarez, entre otros y otras poetas y escritores de literatura. Cualquiera de ellos tiene relación, incluso deudas con el poeta mayor. Digo: lo han leído bien y varios fueron sus amigos.
Afirmo lo dicho: aquellos, los invitados de honor, no son los escritores y poetas más representativos hoy en día de Chiapas. Excepto el poeta Noquis. Y lo sé, hasta el punto de que nadie me podrá contradecir, por supuesto, con fundamentos literarios. Me explico.
Ellos, Laco y Elba, nunca estrecharon amistad poética real, viva con Jaime Sabines. Incluso, mantuvieron una relación alerta, a veces tensa, por diferencias políticas, personales y vitales. Eso lo sé muy bien. Y ahora, aquí, ante el proyecto celebratorio, aparecen como los escogidos que han de dispensar la bienvenida a la inauguración de una fiesta dedicada al poeta mayor. Es para mí y otros camaradas una selección que produce, de inmediato, indignación, a la que debo, por ética poética y política, emitir un juicio crítico fundamentado. Va. Y digo:
Si se trata de festejar desde Chiapas y con los poetas chiapanecos vivos –y si que los hay- al poeta mayor, no deberían confinar del evento a los poetas indicados, muchos de ellos con una destacada presencia literaria: leídos, traducidos y reconocidos en varias lenguas de Europa, Rusia, Asia y América. Sin mucho esfuerzo me atrevo a reconocer al protagonista que obró en aquella mágica selección.
Una comisión que es pasajera, sin más empacho que su alegre presencia, allí, acompañándolo, no todos sus miembros, ese día, elije, se dijo, quienes serán los titulares, por lo menos durante tres años, que irían a disertar en la Cátedra Jaime Sabines. Se indicó, además, que, serían repartidas las conferencias en cuatro universidades. ¡qué cosa!
Por otra parte, para una exposición de pintura escogen al maestro José Luis Cuevas, camarada de los Lacos, y ni por la sombra aparecen Enrique Estrada, Roberto Cortazar, Reynaldo Velásquez, Gabriel Gallegos, artistas chiapanecos de renombre internacional, y un buen número de artistas plásticos nacionales y extranjeros residentes en el estado. Sospecho que en particular el secretario del Secretario Ejecutivo está mal informado de la actividad literaria y artística que vive y sume al estado de manera inusual, hoy en día. Existe una carrera de Artes en la Unicach que podría opinar y proponer.
Considerar que una Comisión, necesariamente pasajera, es la encargada de decirnos a los universitarios quienes disertarán en tan importante cátedra literaria, año tras año, se me hace un exabrupto, por decir lo menos. Existe una Facultad de Humanidades y, en particular una carrera de Lengua y Literatura Hispanoamericana, de la Unach que podría opinar y proponer.
Y es curioso, extraño, poco clara la razón por la cual el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas, el indicado para organizar todo lo relacionado con el homenaje a un poeta, ahora al poeta mayor, juegue un papel secundario en la celebración acordada. Digo bien: el CONECULTA en segundo lugar. ¿Eso que quiere decir, señor secretario? Desde al año pasado, en diciembre, si no estoy mal, se nombró esa Comisión. Y el director de Coneculta de entonces aceptó, me pregunto con muchas dudas, jugar un papel secundario, quien debería por su razón de ser comandar las acciones. No entiendo. Si entiendo. Él y Héctor Cortés M., ya habían organizado un homenaje a Laco y su amigo Morales Bermúdez publicó una revista con lo leído. Fueron fichas de segunda, pero útiles. Ahora se quiere repetir el homenaje. Para qué tanto urgencia… Algo huele a hierba seca.
No es justificable, desde ningún punto de vista, la exclusión de los mejores poetas, repito mejores poetas vivos nacidos y residentes o no en el Estado. La mayoría deberán ser los chiapanecos, obviamente relegados, según lo anunciado. De verdad que no es grata ni aceptable tan abierta y decidida discriminación. La mayoría de los invitados son amigos de Laco, de la UNAM, y no de Sabines el celebrado.
Y un comentario más franco de mi parte: percibo la intencionalidad del proyecto como una celebración dedicada más bien a Laco y a su sra. esposa. ¿Eso es lo que desean los familiares del poeta Sabines? Como bien tuvo el secretario técnico de la Comisión decírmelo después de la rueda de prensa: son ellos los que han indicado quienes deberán ser los invitados. Con todo respeto, no lo creo. Esa es una mascara que alguien ha dibujado. Y la trajo, bien dispuesta pero mal puesta. Y si es así, digamos, no es acertado, aconsejable ponerse la máscara.
Afirmo con plena conciencia: Se trata de la puesta en escena, simple y llanamente, de una florecida evidencia. Alguien quiere, insistentemente, hace dos o tres años, si no más, colocar a la pareja aludida en el centro de la cultura de Chiapas.
Al observar que viejos caciques culturales –en plena decadencia- deseantes de apoltronarse, ahora, donde se desea celebrar al poeta mayor, pienso y digo: lastimoso es reconocer, todos los sabemos, la singular y deprimente historia política que cargan los elegidos. Se me hace, repito, no adecuado, nada propicio su fabricado protagonismo. Se trata de un uso personal y político que no tiene sustento en las biografías literarias y humanas de Sabines y Zepeda y, menos en sus aportes literarios a la lengua española. ¿Cuál es el aporte real, significativo en el espacio literario de Zepeda para que se le siente al lado de Sabines? Nada literario ni humano justifica su protagonismo. Como si tienen merecido reconocimiento Rosario Castellanos, Armando Duvalier, Raúl Garduño, Vásquez Aguilar, Juan Bañuelos, López Moreno, Efraín Bartolomé, Oscar Wong, Manuel Cañas por ejemplo, siendo estricto.
En mi condición de escritor, poeta, periodista, investigador literario y catedrático universitario decidí tomar la palabra aquel día. Para evitar lecturas tergiversadas de mi intervención, consideré necesario escribir y publicar el presente texto.
Los aplausos del nutrido público que escuchamos, sorprendidos, al terminar mi intervención fueron y son un claro, evidente y preciso respaldo a mis planteamientos allí esgrimidos.
Cómo bien lo dijo el bello y sabio poeta Antonio Machado: uno no es de donde nace, si no de donde lucha.
Digo, de paso, que soy chiapaneco, así de simple, hace 28 años, tal vez más, si hurgo y lo pienso despacio.
por: Ricardo Cuéllar Valencia
El día 11 de febrero a las 11 de la mañana el Secretario de Educación, en su calidad de Secretario Técnico del Comisión que organiza las celebraciones al poeta mayor de Chiapas, Jaime Sabines, presentó, en un espacio de CONECULTA, el programa de actividades para el próximo mes de Marzo y todo el año, parece.
En realidad, no me dirigía a esa hora de la mañana al vestíbulo del Centro Cultural. La conversación, con un amigo poeta, teníamos una cita previa, fue la que me condujo a aquel sitio por asuntos de su agenda. Saludé a varias personas y pronto sentí la inquietud por permanecer allí. Sin duda, tuve que aplazar asuntos personales, aquellos que me habían motivado en primera instancia a salir de casa. Ya en el lugar, escuché con interés la presentación del programa celebratorio.
Me sorprendieron varias cosas. En primer lugar, la asistencia. Se encontraba presidiendo la rueda de prensa el Secretario Técnico de la Comisión, lic. Javier Álvarez Ramos, Julio Sabines, varios funcionarios municipales, un rector, el ingeniero Roberto Castellanos Domínguez, de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, y una señora Guillén, venida de la Ciudad de México, quien anunció los nombres de los poetas, escritores y pintores invitados. En el recinto, desde el presidium, se mencionó algo sobre la apertura de la Cátedra Jaime Sabines, además de señalar varios nombres para ocupar ese espacio académico anualmente. Creo, no recuerdo bien, que fue ella, la señora Guillén, la anunciante.
Ante la información y propuestas, más allá de las bardas con inscripciones de versos de Sabines, el concurso de “declamación” con textos del poeta y la antología de poetas jóvenes (dicen que cien, ¡Qué maravilla!), digo, más allá o más acá, lo que me sorprendió y quise enunciar -pero la emoción trastornó mi razonamiento, aunado a ello la afinación de mi voz altiva, con tono declamatorio- fue la tan sesgada e inadecuada selección de los invitados. Qué sentido tiene, nos preguntamos más de uno, traer una persona de la Ciudad de México para escoger a los invitados a la celebración de nuestro poeta. Se nos hace completamente inútil, dispendioso, por lo demás.
Cito la primera selección anunciada: La inauguración del festejo la realizarán Eraclio Zepeda, Elba Macias y Enoc Cancino Casahonda. Ante tal selección -nada democrática- de algunos muy precisos y la evidente exclusión de otros, no dudé en expresar mi desacuerdo, allí, esa mañana.
Si se trata realmente de un encuentro para celebrar -como lo exige la poesía- la obra del poeta mayor -uno de los mayores de nuestra lengua- deberían ser elegidos por elemental consideración, los mejores. Por qué, dije en voz alta, descartar a Juan Bañuelos, Oscar Oliva, Roberto López Moreno, Efraín Bartolomé, Oscar Wong, Gustavo Ruiz Pascasio, Roberto Rico, Yolanda Gómez Fuentes, Mario Nandayapa, Adolfo Ruiseñor, Israel González, Ubel Vásquez, Wlbester Alemán, Alejandro Riestra, Uberto Santos, Mary Ross Bonifaz, Nadia Villafuerte, Francisco Álvarez, entre otros y otras poetas y escritores de literatura. Cualquiera de ellos tiene relación, incluso deudas con el poeta mayor. Digo: lo han leído bien y varios fueron sus amigos.
Afirmo lo dicho: aquellos, los invitados de honor, no son los escritores y poetas más representativos hoy en día de Chiapas. Excepto el poeta Noquis. Y lo sé, hasta el punto de que nadie me podrá contradecir, por supuesto, con fundamentos literarios. Me explico.
Ellos, Laco y Elba, nunca estrecharon amistad poética real, viva con Jaime Sabines. Incluso, mantuvieron una relación alerta, a veces tensa, por diferencias políticas, personales y vitales. Eso lo sé muy bien. Y ahora, aquí, ante el proyecto celebratorio, aparecen como los escogidos que han de dispensar la bienvenida a la inauguración de una fiesta dedicada al poeta mayor. Es para mí y otros camaradas una selección que produce, de inmediato, indignación, a la que debo, por ética poética y política, emitir un juicio crítico fundamentado. Va. Y digo:
Si se trata de festejar desde Chiapas y con los poetas chiapanecos vivos –y si que los hay- al poeta mayor, no deberían confinar del evento a los poetas indicados, muchos de ellos con una destacada presencia literaria: leídos, traducidos y reconocidos en varias lenguas de Europa, Rusia, Asia y América. Sin mucho esfuerzo me atrevo a reconocer al protagonista que obró en aquella mágica selección.
Una comisión que es pasajera, sin más empacho que su alegre presencia, allí, acompañándolo, no todos sus miembros, ese día, elije, se dijo, quienes serán los titulares, por lo menos durante tres años, que irían a disertar en la Cátedra Jaime Sabines. Se indicó, además, que, serían repartidas las conferencias en cuatro universidades. ¡qué cosa!
Por otra parte, para una exposición de pintura escogen al maestro José Luis Cuevas, camarada de los Lacos, y ni por la sombra aparecen Enrique Estrada, Roberto Cortazar, Reynaldo Velásquez, Gabriel Gallegos, artistas chiapanecos de renombre internacional, y un buen número de artistas plásticos nacionales y extranjeros residentes en el estado. Sospecho que en particular el secretario del Secretario Ejecutivo está mal informado de la actividad literaria y artística que vive y sume al estado de manera inusual, hoy en día. Existe una carrera de Artes en la Unicach que podría opinar y proponer.
Considerar que una Comisión, necesariamente pasajera, es la encargada de decirnos a los universitarios quienes disertarán en tan importante cátedra literaria, año tras año, se me hace un exabrupto, por decir lo menos. Existe una Facultad de Humanidades y, en particular una carrera de Lengua y Literatura Hispanoamericana, de la Unach que podría opinar y proponer.
Y es curioso, extraño, poco clara la razón por la cual el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas, el indicado para organizar todo lo relacionado con el homenaje a un poeta, ahora al poeta mayor, juegue un papel secundario en la celebración acordada. Digo bien: el CONECULTA en segundo lugar. ¿Eso que quiere decir, señor secretario? Desde al año pasado, en diciembre, si no estoy mal, se nombró esa Comisión. Y el director de Coneculta de entonces aceptó, me pregunto con muchas dudas, jugar un papel secundario, quien debería por su razón de ser comandar las acciones. No entiendo. Si entiendo. Él y Héctor Cortés M., ya habían organizado un homenaje a Laco y su amigo Morales Bermúdez publicó una revista con lo leído. Fueron fichas de segunda, pero útiles. Ahora se quiere repetir el homenaje. Para qué tanto urgencia… Algo huele a hierba seca.
No es justificable, desde ningún punto de vista, la exclusión de los mejores poetas, repito mejores poetas vivos nacidos y residentes o no en el Estado. La mayoría deberán ser los chiapanecos, obviamente relegados, según lo anunciado. De verdad que no es grata ni aceptable tan abierta y decidida discriminación. La mayoría de los invitados son amigos de Laco, de la UNAM, y no de Sabines el celebrado.
Y un comentario más franco de mi parte: percibo la intencionalidad del proyecto como una celebración dedicada más bien a Laco y a su sra. esposa. ¿Eso es lo que desean los familiares del poeta Sabines? Como bien tuvo el secretario técnico de la Comisión decírmelo después de la rueda de prensa: son ellos los que han indicado quienes deberán ser los invitados. Con todo respeto, no lo creo. Esa es una mascara que alguien ha dibujado. Y la trajo, bien dispuesta pero mal puesta. Y si es así, digamos, no es acertado, aconsejable ponerse la máscara.
Afirmo con plena conciencia: Se trata de la puesta en escena, simple y llanamente, de una florecida evidencia. Alguien quiere, insistentemente, hace dos o tres años, si no más, colocar a la pareja aludida en el centro de la cultura de Chiapas.
Al observar que viejos caciques culturales –en plena decadencia- deseantes de apoltronarse, ahora, donde se desea celebrar al poeta mayor, pienso y digo: lastimoso es reconocer, todos los sabemos, la singular y deprimente historia política que cargan los elegidos. Se me hace, repito, no adecuado, nada propicio su fabricado protagonismo. Se trata de un uso personal y político que no tiene sustento en las biografías literarias y humanas de Sabines y Zepeda y, menos en sus aportes literarios a la lengua española. ¿Cuál es el aporte real, significativo en el espacio literario de Zepeda para que se le siente al lado de Sabines? Nada literario ni humano justifica su protagonismo. Como si tienen merecido reconocimiento Rosario Castellanos, Armando Duvalier, Raúl Garduño, Vásquez Aguilar, Juan Bañuelos, López Moreno, Efraín Bartolomé, Oscar Wong, Manuel Cañas por ejemplo, siendo estricto.
En mi condición de escritor, poeta, periodista, investigador literario y catedrático universitario decidí tomar la palabra aquel día. Para evitar lecturas tergiversadas de mi intervención, consideré necesario escribir y publicar el presente texto.
Los aplausos del nutrido público que escuchamos, sorprendidos, al terminar mi intervención fueron y son un claro, evidente y preciso respaldo a mis planteamientos allí esgrimidos.
Cómo bien lo dijo el bello y sabio poeta Antonio Machado: uno no es de donde nace, si no de donde lucha.
Digo, de paso, que soy chiapaneco, así de simple, hace 28 años, tal vez más, si hurgo y lo pienso despacio.
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