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A Pedro Hernández Rangel…

Mi canto es de los andamios
para alcanzar las estrellas..
Víctor Jara – Manifiesto



Músico, lector insaciable, museógrafo, curador, artista, maestro, hombre sensible, honesto, leal, dedicado, anarquista, rebelde, antagónico, bohemio, risueño, amable, antropólogo de profesión, amigo por convicción.
Así fue Pedro Hernández, todo un personaje, digno de una buena historia, como la que me tocó vivir los últimos tres años en que transitamos juntos por esta existencia.

De Pedro aprendí muchas cosas.

El amor por el trabajo, una humildad sin pretensiones, no esa con la que se busca redimir, sino aquella que poseen los seres cuya evolución les permite transitar por la vida sin la necesidad de un reconocimiento que los reafirme en lo que saben que son.
Esa humildad que permite a los hombres disfrutar de las cosas simples de la vida, sin las complicaciones de aquellos cuya complejidad los ciega y les impide darse cuenta de lo maravilloso que es el mundo que nos rodea.

Fue un buen hombre, sencillo, a veces retraído, de pocas palabras, pero de grandes acciones. Solidario como pocos, en las ideas, en las convicciones, en la amistad.
Supo lidiar con la vida, pese a la dureza que ha caracterizado a los tiempos en que toco transitar a nuestra generación.

Supo reconocerse a sí mismo en los otros, se miro siempre en nuestros propios rostros, fue uno de nosotros no solo por condición, sino por convicción.

Hizo suya mi ternura y se gano mi corazón.

Lo extrañaré, sin duda, desde 2010, hasta el dos mil siempre…

Cd. de México
Octubre, 2010

No te dejes engañar.. Esto es lo que hacen con el TELETON